viernes, 12 de marzo de 2010

EVENTO FOLKLÓRICO



Buenos días mi gente bella:

Lo que importa es la experiencia, el título es la cereza del pastel, no importa si tienes título o no, tú TIENES que estar allí, el folklore es de TODOS.

Los invito a la presentación a las autoridades del Meduca y otras entidades, del trabajo "Diseño curricular y guías metodológicas para la asignatura de Folklore aplicada a la educación básica general".

Este trabajo fue la Tesis para optar por el título de Licenciados en Folklore de un grupo de ... estudiantes de UDELAS, realizado con la finalidad de incluir oficialmente la materia de Folklore entre las asignaturas, la cual ha sido durante años impartida de forma no oficial en escuelas oficiales y particulares.

Espero de todo corazón puedan acompañarme, para brindarle apoyo a mis compañeros y así demostrar una vez más la importancia del Folklore, como parte de nuestra cultura e identidad nacional.

Y recuerden no importa quien haga las cosas, sinó que las cosas se hagan, por que con el triunfo de unos, nos beneficiamos todos. Ya basta de ser parte, de la no parte de.

Les agradezco y pido extender esta invitación a todos sus contactos y de esta forma poner en movimiento una serie de leyes de la República dormidas, para que seamos número y no irrealidad.


Los quiero a todos.

lunes, 8 de febrero de 2010

Directorio de Folkloristas

Buenas tardes Folkloristas:

Esta es una muestra de como se irá confeccionando nuestro directorio y calendario de eventos, recuerden enviar sus datos al correo electrónico de nuestra página: folkloristasdepanama@gmail.com




Saludos.

lunes, 1 de febrero de 2010

La Cultura en los Tratados de Libre Comercio y el Alca

Diez respuestas sencillas sobre diez asuntos complejos
Germán Rey


CONVENIO ANDRÉS BELLO
Proyecto de Economía y Cultura


1. ¿Qué tiene que ver la cultura con los Tratados de Libre Comercio?

Parecería que la cultura está tan alejada del comercio como la poesía de los bancos. Sin embargo, desde hace años, viene siendo parte muy importante de Acuerdos, Tratados, Convenciones y otras formas de las relaciones económicas internacionales.

Ya en 1948, Teodoro Adorno y Max Horkheimer en la Dialéctica de la ilustración empezaron a hablar de “industrias culturales”. Medio siglo después, la cultura se ha incorporado a procesos de producción sofisticados, con cadenas productivas complejas y diversos modos de circulación en los mercados. Pero además, la cultura se ha encontrado con las transformaciones tecnológicas, las coberturas masivas y la evolución de los medios de comunicación.

Las industrias culturales han sido definidas como aquéllas “que representan sectores que conjugan creación, producción y comercialización de bienes y servicios basados en contenidos intangibles de carácter cultural generalmente protegidos por el derecho de autor.”

Entre las industrias culturales se pueden mencionar la editorial, la televisión, la radio y los medios impresos, como por ejemplo, periódicos y revistas, el cine, la industria fonográfica, las artesanías y las nuevas tecnologías.

Sin embargo, buena parte de las manifestaciones culturales tienen relaciones estrechas con las industrias culturales. Por ejemplo, la danza se ve en televisión, expresiones del patrimonio o de las artes plásticas aparecen ilustrando revistas o páginas de internet, la música forma parte de conciertos y presentaciones en público, y el teatro se vive en grandes festivales o en salas que son manejadas también con criterios comerciales.

Desde hace años existen acuerdos fundamentales para la cultura. Por ejemplo, la Convención de Berna sobre derechos de autor. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado la presencia de la cultura en los Tratados de Libre Comercio, principalmente por el fortalecimiento que han tenido las industrias culturales, la circulación mundial de muchas de ellas, los volúmenes significativos de ventas de productos culturales, el desarrollo de empresas multinacionales y las fusiones entre ellas, el crecimiento del consumo cultural y la convergencia de cultura y tecnología.

Las nuevas tecnologías que han superado con creces las barreras de los Estados, la expansión de los mercados y la importancia económica de los productos culturales han hecho necesario los acuerdos entre países.

En otras palabras: buena parte de las decisiones importantes sobre la cultura hoy en el mundo se juega en los escenarios de las definiciones internacionales de libre comercio.

“Cierto es que la McDonalización, el emblema de la cultura consumista, ha estado siempre presente en las protestas, pero el punto reside en que los derechos de propiedad intelectual y otras medidas que favorecen a los grandes conglomerados del entretenimiento y a la nueva economía se estructuran de tal manera que el consumo de la cultura “inmaterial” (información, servicios digitales, entretenimiento, experiencias mediatizadas, etc.), que requieren, no obstante trabajo físico, se ha convertido en un potente motor del desarrollo económico, quizá superior a cualquier otro tipo de actividad económica”
George Yúdice, El recurso de la cultura

2. ¿El cine, la televisión, la música y las otras industrias culturales son solamente mercancías o entretenimiento?

Este es uno de los puntos centrales en las discusiones sobre la presencia de la cultura en los Tratados de Libre Comercio.

Para algunos, los productos culturales son meras mercancías y forman parte de las llamadas industrias del entretenimiento; por lo tanto, deben ser consideradas como tales y en lo posible liberalizar al máximo la circulación de sus productos.

Para otros, los productos culturales son mucho más que mercancías. Tienen un valor agregado fundamental: intervienen activamente en la formación y el desarrollo de las identidades sociales y culturales, son claves en la promoción de la diversidad cultural y la interculturalidad, promueven la participación social, están articuladas a los procesos de desarrollo, generan cohesión social y son, hoy en día, uno de los lugares de formación de la ciudadanía. Por todo ello no pueden ser considerados simplemente como mercancías que se intercambian en los mercados, sino como creaciones con un significado social y cultural muy importante.

“Frente a los cambios económicos y tecnológicos actuales, que abren vastas perspectivas para la creación y la innovación, se debe prestar una atención particular a la diversidad de la oferta creativa, a la justa consideración de los derechos de los autores y de los artistas, así como al carácter específico de los bienes y servicios culturales que, en la medida en que son portadores de identidad, de valores y sentido, no deben ser considerados como mercancías o bienes de consumo como los demás”
Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural, artículo 8

3. ¿Por qué la cultura ha cobrado tanta importancia para los negociadores de los Tratados de Libre Comercio en el mundo?

Fundamentalmente porque representa uno de los sectores más importantes de la economía mundial y a la vez uno de los campos privilegiados de la globalización.

Pero como se observó en la pregunta anterior, más allá de su significación y peso económico, las industrias culturales son claves en el fortalecimiento de la identidad cultural, la promoción de la diversidad cultural y la interculturalidad y la contribución a la participación social y la formación ciudadana. Por eso, cada vez más los Estados y las organizaciones de la sociedad buscan promover iniciativas que aporten a la diversidad y no a la homogenización, al diálogo entre culturas y no al predominio de algunas de ellas.

Como lo señaló hace poco Robert Pilon, de la Coalición Canadiense por la Diversidad Cultural, lo que se desea no es menos comercio sino más comercio, siempre y cuando éste se entienda como un intercambio equilibrado y simétrico y no como una relación simplemente unilateral.

Algunos datos podrían ayudar a comprender el paisaje de las industrias culturales y su importancia económica y social.

El total de la población de los países americanos es de 826 millones de habitantes de los cuales el 62 % está en los países latinoamericanos. El 79,6 % del pib del continente se produce en Estados Unidos y el pib por cápita de Estados Unidos es diez veces mayor al promedio de los países latinoamericanos.

En 2001, las industrias culturales de Estados Unidos facturaron 791,2 billones de dólares y su aporte al producto interno bruto fue de 7,8 %. Desde 1977, las industrias culturales han tenido un crecimiento promedio del 7 %. La facturación de las exportaciones de estas industrias fue de 88,9 billones de dólares y su crecimiento promedio desde 1991 ha sido de 9,4 %.

En los países del mercosur el promedio de la participación en el pib está alrededor del 4,5 % y en los países de la región andina y Chile alrededor del 2,5 %. En algunos países como Argentina, Uruguay, Colombia y Venezuela, las participaciones en el pib han presentado tasas de crecimiento negativas como consecuencia de las crisis económicas de los últimos años.

El comercio exterior de Estados Unidos es el más significativo de la región. El 83 % de las exportaciones de bienes culturales del continente proviene de Estados Unidos y el 56 % de las importaciones ingresan a este país.

El 12 % de las exportaciones de bienes culturales del continente provienen de Latinoamérica y el 24 % de las importaciones de América entran a Latinoamérica.

Los ingresos por las exportaciones de la industria cinematográfica norteamericana pasaron de 7,02 billones en 1991 a 14,69 billones de dólares en 2001.

El aporte de las industrias audiovisuales (cine, video y televisión) al pib en Estados Unidos es del 2,8 %, mientras en los países latinoamericanos es en promedio del 0,7 % (tres veces menor)

Cinematografía

Alrededor del 50 % de los ingresos de la industria cinematográfica norteamericana provienen de fuentes externas. Los ingresos de esta industria en el mercado latinoamericano fueron de 1,47 billones de dólares en 2001.

El 83 % de la recaudación de las taquillas de cine en Latinoamérica es de películas provenientes de Estados Unidos. El 8,5 % de la recaudación proviene de películas domésticas o de la región.

En Brasil, la asistencia a películas domésticas se sitúa alrededor del 8 %, en Argentina alrededor del 16 % y en México alrededor del 12 %. Con excepción de estos tres países que tienen apoyos significativos por parte de los Estados, los niveles de asistencia a películas domésticas en los otros países latinoamericanos, están por debajo del 3 %.

Existe debilidad en los circuitos independientes de distribución. El 84 % de la distribución de cine lo tienen las distribuidoras de los grandes estudios de Hollywood. Tan solo el 5 % de las películas producidas se estrenan en países distintos a los de origen.

fonografía

Los ingresos por las exportaciones de la industria fonográfica de Estados Unidos fueron de 9,52 billones de dólares. Cinco grandes empresas disqueras controlan el 80 % del mercado de la música en Latinoamérica: Universal (holandesa), Sony (japonesa), Warner (estadounidense), bmg (alemana) y emi (inglesa), con una enorme red de subsidiarias, o acuerdos con empresas locales. En los mercados de Brasil y Argentina, dichas empresas participaron con algo más del 93 % del mercado.

Con la entrada de estas majors, la participación de las indies (empresas locales de capital nacional) disminuyó a lo largo de la década de los noventa drásticamente. El porcentaje de mercado ocupado es en promedio del 15 % del total latinoamericano. En países como Bolivia, Ecuador, Perú y Panamá prácticamente ya no quedan industrias de capital nacional. En 2000, Argentina mantenía un 4 %, Brasil un 15 %, Colombia un 25 %.

Aunque se presentan estas asimetrías en la propiedad y los ingresos, el repertorio doméstico en las ventas de Latinoamérica se sitúa alrededor del 54 %. El porcentaje de Brasil es el más alto: 65 %. En Colombia y Perú los repertorios domésticos están alrededor del 40 %. En países como Chile, Argentina y Venezuela está alrededor del 30 %. Aproximadamente el 30 % de la música que se escucha proviene de otros países de la región.

Actualmente existe una fuerte depresión del mercado fonográfico: las nuevas tecnologías han facilitado los procesos de reproducción y de obtener música gratis por internet y están cambiando el panorama de esta industria. Los niveles de piratería están alrededor del 55 % y las ventas legales han presentado tasas de crecimiento negativas y se sitúan alrededor del 20 %. Actualmente uno de los problemas más graves que ha traído esta crisis, es que las productoras, tanto filiales como nacionales, han dejado de invertir en artistas nacionales nuevos.

Editorial

El 73,8 % de las exportaciones de libros del continente al mundo provienen de Norteamérica.

Sólo cinco de los países en América Latina (Brasil, México, Colombia, Venezuela y Perú) tienen industrias consolidadas en el mercado interno y externo como lo muestra la producción de ejemplares. Brasil representa el 65 % de la producción de ejemplares, dejando el 35 % restante de la producción a los países hispanoparlantes. Dentro de éstos, México representó un 47 % de los ejemplares (16 % del total de los nueve países), Argentina el 28 % (10 % del total), Colombia el 13 % (5 % del total) y Chile el 5 % (2 % del total).

Aproximadamente el 50 % del mercado de libros latinoamericanos, distintos al Brasil, lo tienen editoriales españolas o a través de importaciones o de sus filiales en los distintos países.

De los países de la región: Brasil, Colombia, Chile, Estados Unidos, Argentina y Canadá tienen ventajas comparativas en el mercado.

Televisión

El mayor porcentaje de la facturación (50 %) de los medios audiovisuales está en la inversión publicitaria de la televisión abierta. El 70 % del total de la facturación de la televisión abierta de Latinoamérica lo tienen 10 empresas regionales. En Venezuela, Colombia, México y Brasil, la producción y audiencia de las producciones propias es mayoritaria en la televisión abierta, se sitúa alrededor del 70 % en horarios prime time. En países como Bolivia, Ecuador, Perú y Panamá, las producciones propias han venido en aumento y están alcanzando a cubrir el 30 % del mercado. En la televisión abierta los gastos en importaciones equivalen al 14 % de los ingresos. En el caso de la televisión paga, equivalen al 28 %. Para ambas televisiones, las exportaciones representan un 4 % de sus ingresos. El 77 % de los programas y el 94 % de las señales que se importan provienen de Estados Unidos y el 12 % proviene de la región. El 87 % de las ventas internacionales son de programas de televisión y el 7 % de señales.

Revistas, prensa y radio

En los sectores de revistas, prensa y radio, la mayoría de la propiedad está en manos de las industrias nacionales. Los niveles de penetración de estos medios están por debajo de Estados Unidos y Canadá. En Latinoamérica por cada mil habitantes existen 77 periódicos, mientras en Estados Unidos existían 201 en 1998.

“Ocuparse hoy de las identidades requiere hacer política sobre las industrias comunicacionales. En ellas se juegan las tensiones básicas entre lo nacional y lo global; por una parte, porque las industrias culturales favorecen la apertura de cada nación, la diversidad dentro de ellas y la información recíproca con otras y, a la vez, están produciendo una concentración acelerada de los medios, la homogenización de sus contenidos y el acceso desigual y asimétrico a sus bienes y mensajes”
Néstor García Canclini, Políticas culturales: de las identidades nacionales al espacio latinoamericano

4. ¿Cuáles son los Tratados de Libre Comercio más importantes para la cultura en los últimos años?

En los últimos diez años son: la Ronda de Uruguay que dio como resultado la creación de la Organización Mundial de comercio (omc) en 1994, el Acuerdo General sobre Comercio de Servicios (gats), el Acuerdo sobre aspectos de derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio, el nafta o Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el Tratado de Libre Comercio entre Chile-Estados Unidos, el Tratado de Libre Comercio entre los países de Centroamérica y los Estados Unidos.

En la ronda de Uruguay se estableció que en la omc ya no se tratarían únicamente aspectos relativos al comercio de bienes como se había hecho en el gatt, sino que se incluiría el comercio de servicios y aspectos relacionados con la propiedad intelectual, entre otros nuevos temas.

En el proceso de negociación que dio lugar a la omc se generó un acuerdo tácito de excepción cultural que aunque no tiene estatus legal y no existe como tal en ningún acuerdo, se sobreentiende partiendo de la base que la cultura no es igual a cualquier producto comercializable. Así, las partes pueden excluir ciertas industrias culturales de los compromisos asumidos o restringir la aplicación de estos compromisos en dichas industrias. Este tratamiento especial a las industrias culturales permite a las autoridades un mayor grado de discrecionalidad en la fijación de políticas para el sector.

GATT 94: Bienes

Como resultado de la discusión sobre la excepción cultural algunos bienes culturales tienen un tratamiento especial en el marco de este Acuerdo. En el artículo II de la Parte II del gatt se autoriza cuotas de pantalla con el fin de garantizar una transmisión mínima de películas locales o con contenido local, como proporción total del tiempo de pantalla. El gatt 94 también mantiene una excepción general para las películas desarrolladas y los videos caseros, así como para los tesoros nacionales de valor artístico histórico o arqueológico. Todos los demás bienes culturales están sujetos a las disciplinas del gatt que aplican para los bienes industriales.

GATS: Servicios

El gats establece que todo el comercio de servicios estará sujeto a las prácticas de Nación Más Favorecida (nmf) y Trato Nacional (tn). No obstante, gozan de excepción los servicios provistos en el ejercicio de la autoridad gubernamental. En cuanto a los servicios culturales, la excepción se aceptó principalmente en el sector audiovisual, que abarca cine, radio y tv y los servicios de bibliotecas, archivos y museos dejándolos exentos de aplicar los principios de nmf y tn. La excepción cultural permite el desarrollo de políticas públicas que apoyen el sector audiovisual mediante cuotas de transmisión en televisión y radio, ayuda financiera para la producción y la distribución de programas y acuerdos regionales de coproducción.

TRIPS: Propiedad intelectual

Su objeto es dictar reglas comunes para la protección de los derechos de propiedad intelectual. Las áreas cubiertas por el Acuerdo son los derechos de autor y derechos conexos, marcas, indicaciones geográficas, diseños industriales, patentes e información confidencial.

En ciertas circunstancias, se le otorga a los autores de obras cinematográficas el derecho de autorizar o prohibir el alquiler al público de originales o copia de su obra. El país miembro no está en la obligación de conceder al autor el derecho exclusivo al alquiler comercial de obras cinematográficas, a no ser que el alquiler de dicha obra haya conducido a su copia extendida y que por lo tanto se esté obstaculizando el derecho exclusivo de reproducción conferida a los autores y sus sucesores.

Por su parte, los intérpretes pueden impedir la grabación, transmisión y comunicación no autorizadas de sus actuaciones en vivo, al público.

Los productores de fonogramas tienen el derecho exclusivo a la reproducción y al alquiler comercial de sus producciones.

NAFTA

El Acuerdo de Libre Comercio suscrito entre Canadá y Estados Unidos en 1989, despertó el interés mexicano y se abrió la posibilidad de negociar un acuerdo. Las negociaciones se iniciaron en 1991 y el acuerdo entró en vigencia en 1994.

En el Acuerdo suscrito por Canadá y Estados Unidos en 1988, el gobierno canadiense había logrado la excepción cultural para el sector.

Los intereses de México en la negociación del nafta se enfocaron en dos temas. Por un lado, los negociadores querían restaurar los derechos de autor de las películas mexicanas, que habían entrado a ser de dominio público estadounidense bajo el régimen previo de derechos de autor de Estados Unidos. Por otra parte, los mexicanos no querían aplicar el principio de Trato Nacional a los derechos conexos de los intérpretes sobre presentaciones públicas de sus grabaciones de sonido.

El objetivo principal de los Estados Unidos era lograr la mayor liberalización posible, la extensión de todos los derechos de propiedad intelectual, la eliminación de la excepción cultural con Canadá. Además, excluir los derechos morales del nafta, persuadir a México de aceptar el concepto de work for hire,1 prohibir la importación paralela2 e incluir derechos de alquiler comercial para los productores de grabaciones de sonido.

En el Acuerdo se acepta la excepción cultural a Canadá con cuatro salvedades. En primer lugar se estableció que los bienes culturales no estarían cubiertos por la excepción. En segundo lugar, se decidió que si Canadá llegara a solicitar el retiro de capital estadounidense de una empresa que hubiera sido adquirida indirectamente, las autoridades canadienses deberían garantizar que esa empresa se comprara a un precio justo de mercado abierto. En tercer lugar, la excepción cultural no aplica a la única provisión del tlc con respecto a los derechos de autor, relacionada con la retransmisión de programas de radio, televisión y medios afines. En nafta se exige que el tenedor de los derechos de autor del otro país reciba una remuneración por la retransmisión de dichos programas sobre los cuales tiene derechos. Finalmente, la labor de impresión y tipografía se excluyen del sector cultural, y por lo tanto la excepción cultural otorgada a Canadá no aplica para estas industrias.

México logró restaurar los derechos de autor de las películas mexicanas producidas entre 1978 y 1989 y además no tiene la obligación de remunerar a los intérpretes estadounidenses por la presentación en público de sus grabaciones.

nafta abre la posibilidad de que los autores transfieran sus derechos a empresas y empleadores, permitiendo que los tenedores de los derechos económicos de las obras puedan explotarlas libremente. Adicionalmente se permite la transferencia por contrato de los derechos económicos sobre una obra y se admite que el que la recibe pueda obtener remuneración económica de su explotación. Se prohibió la importación de obras no autorizadas, es decir que los autores y sus sucesores tienen el derecho de autorizar o prohibir la importación de copias no autorizadas. En cuanto a inversión, se acordó que se aplicarían los principios de Trato Nacional y Nación Más Favorecida a las diferentes industrias culturales, y se prohibió la exigencia de requisitos de desempeño para las empresas con inversión extranjera. Estados Unidos se reservó el derecho de establecer condiciones para la propiedad en la industria de publicación de periódicos, así como en la industria de cable y telecomunicaciones. México se reservó el derecho a tomar cualquier medida en cuanto a la inversión en transmisión, distribución multipunto y servicios de televisión de alta definición.

5. ¿Qué ha sucedido con la cultura en los Tratados de Libre Comercio más recientes?

Los Tratados de Libre Comercio más recientes han sido los de Chile con Estados unidos y los de los países centroamericanos con los Estados Unidos.

En el primero se negoció una reserva cultural, que es un procedimiento que permite definir de antemano ciertos temas sobre los cuales los Estados mantienen plena autonomía.

Entre los temas culturales que se reservan está la posibilidad de apoyo a las industrias culturales, la persistencia de las políticas de cooperación, el mantenimiento de un 40 % de producción nacional en televisión, la autonomía en la definición de políticas en temas sociales claves como por ejemplo en la educación (en todos sus niveles), así como en la definición de políticas que afecten a las poblaciones económicamente en desventaja o minorías étnicas.

Lo interesante en el proceso chileno fue el proceso de participación de la Coalición por la diversidad cultural que agrupa a diferentes sectores de la cultura como editores independientes, artistas y creadores audiovisuales, entre otros. La Coalición dirigió una carta al presidente Ricardo Lagos para insistir en la importancia de la cultura en la negociación, participó en diversas reuniones de trabajo, promovió el debate sobre temas concretos de la agenda cultural e interactuó activamente con el equipo de negociadores.

En el Tratado de Libre Comercio con los países centroamericanos, además de las restricciones contenidas en las leyes, se plantearon explícitamente cuatro campos de medidas hacia el futuro en materia cultural: los referidos a la cooperación audiovisual y el apoyo a las industrias culturales, los programas de subsidio del gobierno para la promoción de las actividades culturales, la posibilidad de definir políticas públicas en temas como educación, seguridad social, cuidado de los niños, y otras como derecho de los Estados y la reserva del derecho de adoptar o mantener cualquier medida relacionada con las poblaciones económicamente en desventaja y las minorías étnicas.

“Entendemos que toda política cultural que queda limitada a concepciones proteccionistas y defensistas en el sistema de las industrias culturales y en las del audiovisual en particular, podrán tener muy poco futuro si no se la enmarca en finalidades más ambiciosas como son las de promover y potenciar, según las circunstancias de cada país y región, los recursos económicos, humanos y técnicos existentes para equilibrar fuerzas y ser capaces de crecer en términos locales o regionales en la competencia con las transnacionales que hoy tienen la hegemonía en el dominio del sistema”
Octavio Getino, Las industrias culturales: entre el proteccionismo y la autosuficiencia

6. ¿Y el alca?

En 1994 todos los países de América Latina y el Caribe adscritos a la oea decidieron participar con Estados Unidos y Canadá, en la constitución del Área de Libre Comercio de las Américas (alca), la mayor del mundo, con un enorme mercado potencial que llega a los 800 millones de personas y tiene un pib de cerca de 11 billones de dólares.

La negociación del alca ha sido un proceso difícil y complicado. Inicialmente se pensaba en lo que algunos llamaron un “alca robusto”, es decir, que contemplara acuerdos en la mayor parte de asuntos estudiados en las nueve mesas existentes para ello. Los desacuerdos fueron aflorando, a la vez que el proceso sufría las influencias de los debates que se vivían en otros lugares de las decisiones sobre el libre mercado, como por ejemplo, la omc.

Lentamente el alca fue perdiendo robustez y empezó a transformarse en un “alca light”, es decir, en un acuerdo en el que ya no se contemplaban todos los temas, sino sobre todo aquéllos sobre los cuales existía un consenso más generalizado. Los cambios políticos de Argentina y Brasil influyeron en una reconsideración de los contenidos y los alcances del alca, puesto que se han mostrado remisos a tocar ciertos temas, como propiedad intelectual, mientras los Estados unidos persisten en sus políticas de subsidio a los agricultores. Como lo señaló el Canciller de Brasil, Celso Amorim, se trata de “encontrar el equilibrio adecuado entre nuestras ambiciones y la necesidad de no comprometer nuestras capacidades de diseño y de ejecución de políticas de desarrollo social, ambiental, tecnológico, etc.”

La tendencia más reciente es la de un “alca progresivo” es decir, que vaya encontrando temas coincidentes en los cuales se podría llegar a acuerdos inmediatos y se mantenga una agenda paulatina de búsqueda de consensos en otros asuntos.

Sin embargo, lo que ha sucedido es que se han iniciado procesos de negociación de tratados bilaterales con los Estados Unidos, mientras se avanza en el camino del alca.

“Reconociendo que los países deben mantener la capacidad de proteger, elaborar e implementar políticas culturales con el propósito de fortalecer la diversidad cultural, dado el papel fundamental que desempeñan los bienes y servicios culturales en la identidad y la diversidad de la sociedad y en la vida de las personas”
Propuesta canadiense de un preámbulo para el alca, julio de 2001

7. ¿En qué mesas de la negociación del alca se analizan los temas de la cultura?

Los temas culturales no tienen un capítulo especial, ni están concentrados en una mesa específica de la negociación. Igual sucede con los Tratados. Basta leerlos para observar que se desperdigan a través de sus numerosas cláusulas.

Pero la cultura fundamentalmente está ubicada en las mesas de servicios, de inversiones, de compras del Estado, de propiedad intelectual y de acceso a mercados. Una atención especial merece el tema de servicios y el de propiedad intelectual, en los que se pueden encontrar las cuestiones más difíciles e importantes.

8. ¿Cuáles son las alternativas que tiene la cultura en las negociaciones?

Las opciones reales son varias. La primera alternativa es la Excepción cultural, por la cual, como ya hemos visto, se excluyen todos los temas culturales de la negociación. Este camino fue el que se transitó en la creación de la omc, particularmente en las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea. También Canadá ha mantenido esta alternativa en todas sus negociaciones, con las salvedades que ya se especificaron anteriormente, presentes por ejemplo, en su Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.

La segunda alternativa es la Reserva cultural, por la cual se incluyen los temas culturales en la negociación y los Estados se reservan algunos asuntos que consideran especialmente relevantes y que son explícitamente concretados en el Acuerdo. El caso más reciente de reserva cultural es el de Chile-Estados Unidos.

La tercera alternativa es la de la Liberalización total. En general todos los Tratados contemplan algún grado de reserva frente a los temas culturales, puesto que los consideran socialmente estratégicos para el país.

“Sin lugar a dudas, la existencia social y la identidad pasan hoy por el lenguaje audiovisual y la pantalla. La constitución de un “nosotros” latinoamericano, caribeño o centroamericano y de cualquier país del continente requiere de ese lenguaje. Desde esta perspectiva, la industria cinematográfica y la televisiva son prioritarias en términos de identidad. Sin embargo, precisamente en ellas lo latinoamericano apenas está presente, salvo en algunos géneros como la telenovela. La creación audiovisual sobre temas latinoamericanos, en idiomas locales o ambientada en la región, es escasa. Del mismo modo, las culturas populares y las culturas de los pueblos originarios son prácticamente inexistentes, porque para la lógica del mercado que rige estas producciones el espesor y la diversidad cultural no cuentan. Ello incide, sin duda, en nuestra imagen como latinoamericanos y también en el modo como nos perciben los otros”.
Bernardo Subercaseaux, Las industrias de la cultura: realidad y desafíos

9. ¿Cómo entra la cultura a las negociaciones?

Hay que ser conscientes, por una parte, de que los Estados no entran en igualdad de condiciones a las negociaciones en materia cultural. Es decir, existen claras asimetrías en la negociación; por otra parte, los países participan en las negociaciones, con unas realidades específicas que también le dan un sentido a las orientaciones de las negociaciones.

Las asimetrías tienen que ver con la situación diferente de las industrias culturales dentro de los propios países y a su vez, con las diferencias que existen entre ellos. Algunos países han logrado construir una industria relativamente fuerte del cine, como Argentina, Brasil y México. Otros tienen exportaciones significativas de producción televisiva como México, Brasil y Venezuela y en la industria editorial México, Argentina, Colombia, Brasil y Chile poseen reconocidas fortalezas. Sin embargo, la situación de muchos otros países de América Latina y el Caribe, es de una enorme dependencia de la producción de los Estados Unidos y de Europa. Hay campos en que la desprotección es prácticamente generalizada como ocurre con la distribución de cine. La gran mayoría de películas que se ve en los cines de la región proviene de los Estados Unidos y particularmente de Hollywood. En música, cinco grandes compañías dominan el mercado de la región, aunque aún el repertorio de música doméstica tiene una importancia relativamente significativa, como ya vimos.

Pero hay una serie de tendencias en la cultura en nuestros países que hay que tener en cuenta en las negociaciones. Ellas son:
El decrecimiento de la presencia de los Estados en la cultura, o por lo menos el replanteamiento de su acción: ante las urgencias de las demandas sociales, la cultura no suele aparecer en los primeros lugares de las jerarquías en los planes de los gobiernos, entre otros motivos por las comprensiones que suelen tener los políticos y los encargados de las decisiones económicas sobre ella. Habitualmente la relacionan con las bellas artes o con lo folclórico y casi siempre con el gasto, pero no con las oportunidades de desarrollo de los países. Así mismo los Estados han perdido capacidad de actuación real en la definición de políticas públicas sobre las industrias culturales, que está hoy sobre todo en manos de la iniciativa privada, y en muchos casos, de grandes compañías transnacionales. Por otra parte parece haber un retorno al patrimonialismo y la actividad cultural conservadora que “inmoviliza y coopta” (Jesús Martín-Barbero, 2003). Algunos investigadores, como Octavio Getino, aconsejan poner el acento de los Estados menos en las limitaciones o en las restricciones de lo ajeno y más en el fomento y acrecentamiento de las capacidades propias. Por ello es fundamental que los Estados se reserven espacios de autonomía para la definición de políticas públicas en este campo, el apoyo a la creación y la búsqueda de formas efectivas de cooperación que no puedan después ser demandadas por incumplimiento de los acuerdos.
El crecimiento de la iniciativa privada en las industrias culturales: es un signo muy interesante, con muchas posibilidades y que debe considerar su contribución a un tema público como la cultura.
La presencia de grandes compañías multinacionales en la cultura: en algunas industrias culturales el espacio está copado por la presencia de estas empresas, que no siempre facilitan el desarrollo de la diversidad cultural y la circulación de bienes culturales más allá de sus objetivos económicos.
El desarrollo paulatino de la participación social en la cultura: existen experiencias como planes participativos de cultura, cabildos, presencia de gremios de creadores, aunque aún subsista en muchos países una baja participación ciudadana en estos temas.
Fortalezas y debilidades de las industrias culturales nacionales; algunas de ellas con muy baja capacidad competitiva.

“La cultura se refiere tanto a la invención como a la preservación, a la discontinuidad como a la continuidad, a la novedad como a la tradición, a la rutina como a la ruptura de modelos, al seguimiento de las normas como a su superación, a lo único como a lo corriente, al cambio como a la monotonía de la reproducción, a lo inesperado como a lo predecible”
Zygmunt Bauman, La cultura como praxis.

10. ¿Cuáles son los ejes culturales más importantes en las negociaciones?

Los ejes más importantes son:

1.El eje de la Propiedad: tiene que ver con las disposiciones sobre propiedad dentro de las industrias culturales, como por ejemplo, los topes de inversión extranjera en medios como la radio, la televisión o la prensa escrita. También se refiere a la propiedad de las obras de creación.

2.El eje de la Nacionalidad: se refiere a temas como la naturaleza de la producción cultural (por ejemplo los porcentajes de producción nacional de televisión) como a la procedencia de los directores de medios de comunicación, el personal participante en actividades arqueológicas, maestros de historia y guías de turismo. Busca garantizar la presencia nacional en actividades culturales que se consideran muy ligadas a la autonomía de los países.

3.El eje de la Promoción, fomento y cooperación cultural. Se refiere a todas aquellas reglamentaciones que buscan garantizar el apoyo a la creación, circulación y acceso a la cultura. Por ejemplo la creación de fondos de financiación y políticas de cooperación audiovisual.

4.El eje de los Derechos de autor y propiedad intelectual: uno de los temas centrales de la negociación. Se refiere principalmente a derechos de autor y derechos conexos, marcas, indicaciones geográficas, diseños industriales, patentes e información confidencial, plazos de protección, políticas contra la piratería. Existen diferencias entre la concepción anglosajona y la europea de los derechos de autor. Hay discusiones pendientes como por ejemplo, la relación entre derechos individuales y derechos colectivos o la complementariedad entre derechos de autor y derechos de la ciudadanía al acceso a los conocimientos y la cultura, la responsabilidad de proveedores de internet, etc.

5.El eje de las Poblaciones autóctonas o en desventaja: se refiere a todas aquellas reglamentaciones dirigidas a proteger a poblaciones en desventaja, así como a lograr la salvaguarda de sus derechos culturales.

¿Y qué hacen los habitantes de los ranchos (en la versión de pobreza rural de México y de pobreza urbana de Venezuela o Colombia)? Se saben ante otro episodio de la infinita cancelación de alternativas que constituye su vida, ante otra exclusión colosal. "No se podrá vivir sin conectarse a la red", reza el nuevo proverbio. Hoy, el 20 % más rico de la población mundial acapara el 93,3 % de los accesos a Internet, frente al 20 % más pobre, que apenas dispone del 0,2 % de las líneas. En el siglo xx la vida latinoamericana ha consistido en gran parte en la resistencia a la alternativa única, que extingue opciones con ferocidad. Hoy, cuando las alternativas se concretan, el derrumbe de las economías amenaza con destruir, o destruye en efecto, mucho de lo avanzado. Los procedimientos de la televisión le devuelven a la sociedad el carácter homogéneo de que tan penosamente se había desembarazado, las promesas de la globalización se estrechan y se concentran monopólicamente, lo que se excluye se disemina por doquier y lo que incluye apenas sobrevive. Y las antiguas quejas y los lamentos proverbiales ya no operan, disueltos en la ironía posmoderna. Ante las devastaciones, algunas certezas permanecen, todas ellas correspondientes a los grandes cambios positivos. No las difundo ahora para no oponerme al esplendor del pesimismo.

Carlos Monsiváis, Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina.

jueves, 28 de enero de 2010

La era del YO.

Te ha ocurrido que necesitas información folklórica y no la encuentras?, ¿conoces a alguien con información que no comparte?
La era del YO consiste en un espacio de tiempo donde se realizan actividades y/o investigaciones con información importante que no se comparte por muchas razones, donde las principales son el control o el dominio...y tristemente la falta de un capital para publicar.
¿Cuántos folkloristas conoces que han pasado a mejor vida, llevándose con ellos información vital para el conocimiento sobre el Folklore?
La investigación es un proceso que no es fácil, que involucra tiempo, dinero, constancia, esfuerzo y mucho amor, sin embargo es necesario que esas investigaciones o parte de ellas, encuentren un espacio para salir a la luz.

¿Crees en compartir UN POQUITO de información?

¿Consideras que es mejor tener el control de TODA la información?

¿Qué opinas?

¿Qué es Sinergía?

"Sinergia es acción y creación colectivas; es unión, cooperación y concurso de causas para lograr resultados y beneficios conjuntos; es concertación en pos de objetivos comunes".
El sinergismo hace referencia a asociaciones que se refuerzan mutuamente. De ahí que todo proceso sinérgico produzca resultados cualitativamente superiores a la suma de actuaciones aisladas e individuales.
Es por ello que la forma más importante de capital que se encuentra en el seno de toda comunidad es el capital sinergético, o sea "la capacidad social o, mejor, la capacidad societal (como expresión más totalizante) de promover acciones en conjunto dirigidas a fines colectiva y democráticamente aceptados" (Sergio Boisier, ILPES, 1998).
El capital sinergético potencia y articula todas las demás formas colectivas de capital de una sociedad (capital institucional, capital social, capital cívico, capital cultural, capital humano, etc.) para generar un "sendero de desarrollo", a saber, "la paz como la base fundamental, la economía como factor del progreso, el medio ambiente como base de la sostenibilidad, la justicia como pilar de la sociedad y la democracia como buen gobierno" (Naciones Unidas, 1994).
Y este sendero de desarrollo sólo lo conseguimos con la unidad y la acción colectiva.